Octubre 31
DÍA A DÍA: Reflexión Diaria Para Familias Contra La Adicción
Reflexión:
A veces, como familiares de personas con problemas de adicción, nuestras emociones nos llevan a hacer juicios rápidos. Cuando nos sentimos heridos o decepcionados, solemos reaccionar de inmediato, suponiendo lo peor. Es natural, porque nuestras experiencias y preocupaciones se acumulan. Pero este tipo de reacción puede alejarnos de quienes amamos, haciéndonos perder oportunidades de conexión y comprensión.
Quiero invitarte a detenerte un momento. Piensa en la historia de la niña con las dos manzanas, la niña las mordió ambas y su madre pesó inmediatamente en lo egoísta de su hija, pero inmediatamente la niña le ofrece una a su madre y le dice, mami esta es la más dulce. Su madre vio una actitud que interpretó como egoísmo, pero la niña, en realidad, estaba eligiendo la mejor manzana para ella. De forma similar, es fácil mirar las acciones de un ser querido que lucha con la adicción y juzgar sin saber sus razones o pensamientos. A veces, sus actitudes o decisiones parecen dolorosas o frustrantes, y claro que esto te afecta, pero la interpretación que damos puede no ser siempre la verdadera.
¿Qué pasaría si, en lugar de reaccionar, nos tomáramos un momento para respirar y escuchar? ¿Para preguntar, desde el corazón, en vez de decidir desde la mente? La vida de quienes luchan con la adicción está llena de desafíos, y aunque no justificamos las conductas dañinas, una actitud de escucha y respeto nos permite ser puentes de paz, no de juicio.
La Biblia nos recuerda algo muy valioso: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.» Reflexiona sobre lo que significa este mensaje en tu situación. Quizás la mejor manera de ayudar sea dar el ejemplo de alguien que no se apresura a juzgar, que da espacio para explicaciones y que extiende la mano para ayudar, aun cuando no comprenda todo.
Mantén la fe en el proceso, confía en que cada pequeño acto de paciencia y comprensión es un paso hacia adelante, y recuerda: el amor, al final, puede ser el cambio que tanto deseas ver en tu ser querido. Que Dios te dé paz, y te dé también la paciencia para esperar, escuchar y perdonar.
¡Dios te habla!
Hija, en los momentos en que el juicio llena tu corazón, recuerda que yo soy un Dios de compasión. Así como mi Hijo Jesús miró con amor a quienes le trajeron aquella mujer, hoy te invito a hacer lo mismo: ofrecer a los demás la oportunidad de explicarse, de ser comprendidos. «No juzguen, para que no sean juzgados» (Mateo 7:1). Al brindar misericordia, estás reflejando mi amor y abriendo la puerta a la verdadera paz.
Afirmación para hoy:
Repite conmigo: “Hoy elijo la compasión y la paciencia, y doy a los demás la oportunidad de mostrarse tal como son.”
Comparte la reflexión:
Tu experiencia, tus palabras y tus gestos pueden ser ese pequeño cambio que inspire a otros. Quizás alguien a tu alrededor necesite escuchar que el juicio no trae paz, pero la comprensión sí. Comparte esta reflexión, porque la empatía y el amor tienen el poder de sanar a quienes más lo necesitan.
Oración:
Dios, hoy te pido que me ayudes a ver más allá de las apariencias y de mis primeras impresiones. Que mi corazón sea lleno de compasión y que mis palabras lleven consuelo y comprensión. Dame el discernimiento para escuchar antes de juzgar, y la paz que necesito para amar incluso en medio de mis dudas y dolores. Gracias, Señor, porque sé que con tu amor, soy capaz de ver lo mejor en los demás. Amén.
Hasta mañana:
Con amor, la Fundación Hogares Bethel te recuerda que cada acto de paciencia y comprensión es una muestra del amor de Dios hacia tu familia. Nunca estás sola en este camino. Descansa y confía en que mañana es otra oportunidad para amar sin juicio.
Atentamente:
www.hogaresbethel.org
