(terapia de hoy, si prefieres puedes ver el video)
Historia:
Carlos, un joven ingeniero, había alcanzado muchos de sus objetivos. Sin embargo, dentro de sí sentía un vacío que no podía llenar. A pesar de su éxito profesional, siempre había algo que lo inquietaba. Un día, mientras regresaba del trabajo, vio un cartel en la iglesia del barrio: «Estudio de la Palabra». Algo dentro de él lo empujó a asistir, y esa noche escuchó por primera vez el Salmo 119. Cada palabra lo tocó profundamente, especialmente el verso: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino».
Esa frase lo acompañó por semanas. Carlos comenzó a notar que, cuando se detenía a reflexionar en la Palabra de Dios, su vida tomaba una dirección correcta con resultados positivos y cuando tomaba decisiones a la ligera no ocurría lo mejor. Sus decisiones empezaron a basarse en principios más sólidos, y las inquietudes que antes lo desbordaban comenzaron a disiparse. Aunque no todo fue perfecto, se dio cuenta de que caminar bajo la guía de Dios traía paz a su vida, como una lámpara que ilumina los pasos en un sendero oscuro.
Reflexión bíblica:
La Palabra de Dios es más que un simple texto; es una guía luminosa para aquellos que buscan dirección en la vida. En Salmo 119, se nos recuerda que la ley de Dios no solo es recta, sino que es una fuente de sabiduría, consuelo y esperanza. Al meditar en sus mandamientos, nuestras decisiones se alinean con su propósito, y en medio de las dificultades encontramos fortaleza. Así como Carlos descubrió que la Palabra de Dios era una lámpara para sus pies, tú también puedes hallar luz en medio de cualquier oscuridad.
Dios no te deja solo en tu caminar. Su Palabra es fiel, y si te apegas a ella, te dará la guía que necesitas para avanzar con confianza.
Dios te habla:
Hijo mío, sé que a veces te sientes perdido, buscando respuestas que parecen difíciles de encontrar. Pero quiero que recuerdes algo importante: yo te he dado mi Palabra como una lámpara, para que ilumine cada paso que des. No estás solo en este camino, y no tienes que tener todas las respuestas de inmediato. Solo confía en que, si sigues mi verdad, cada decisión que tomes estará guiada por mi amor y mi sabiduría.
Yo conozco tus inquietudes, sé lo que te pesa, pero te digo hoy: no te apartes de mi Palabra. Es tu guía, es el ancla que te mantendrá firme cuando los vientos soplen fuerte. Te amo y siempre estaré a tu lado, iluminando el sendero que tienes por delante. Confía en mí.
Enfoque terapéutico:
Cuando sientes que la vida se vuelve incierta y las decisiones te confunden, es esencial detenerse y encontrar un punto de apoyo. Tal como Carlos descubrió en su historia, la Palabra de Dios es esa ancla que te da estabilidad y claridad. Desde una perspectiva espiritual, aprender a meditar en principios que te fortalezcan emocionalmente es clave. El Salmo 119 nos invita a encontrar esa paz y seguridad en lo que es eterno y verdadero.
A nivel personal, cuando pasas por momentos de duda, puedes aprender a identificar los pensamientos que te generan inseguridad y confrontarlos con lo que es realmente importante. Es un proceso de aprender a discernir lo que es útil para tu crecimiento espiritual y lo que no lo es. Así, irás transformando tu manera de pensar y actuar, basando tus decisiones en lo que te traerá paz y no confusión.
Oración a Dios:
Padre nuestro, venimos ante Ti hoy como tus hijos, buscando tu dirección y guía. Te agradecemos por tu Palabra, que es lámpara para nuestros pies y luz en nuestro camino. Te pedimos, en el nombre de Jesucristo, que nos ayudes a caminar siempre bajo tu luz, confiando en tus promesas.
Danos sabiduría para discernir tus mandamientos y la fortaleza para seguirlos con fidelidad. Sabemos que contigo, no seremos avergonzados, y que tu mano siempre nos sostendrá. Que tu verdad se manifieste en cada decisión que tomemos, y que nuestras vidas sean un reflejo de tu amor. Amén.
Oración por el adicto y su familia:
Padre celestial, hoy venimos ante Ti para clamar por todos aquellos que sufren por alguna problemática de salud mental o que aún no han iniciado su proceso de recuperación. Te pedimos, en nombre de Jesucristo, que tu misericordia los alcance, que tus brazos los rodeen y les muestren el camino hacia la libertad. Te pedimos por sus familias, para que encuentren en Ti consuelo y esperanza, y que nunca pierdan la fe en el poder de tu amor transformador.
Te pedimos también por aquellos que ya han comenzado su camino hacia la recuperación. Dales fortaleza para no desviarse de tu verdad, para que cada día se aferren más a tus mandamientos. Que sus familias sean un apoyo constante y que en Ti encuentren la paz que sobrepasa todo entendimiento. Amén.