(terapia de hoy, si prefieres puedes ver el video)
Historia:
Camila era una joven que lo tenía todo aparentemente bajo control. En su trabajo era reconocida, tenía amigos y una vida social activa. Sin embargo, cada vez que llegaba a casa, el silencio la envolvía y la realidad era diferente. Se encontraba atrapada en un ciclo del que no podía escapar: el alcohol. Aunque intentaba convencerse de que solo era una forma de relajarse después de un día largo, la verdad era que ya no podía parar. Las noches se hacían largas y las mañanas llenas de arrepentimiento.
Un día, su amigo Javier, quien había pasado por una situación similar, decidió hablarle con sinceridad. “Camila, sé lo que estás pasando. Yo también pensaba que podía manejarlo, pero me di cuenta de que no era así. Solo pude salir de esa vida cuando reconocí que necesitaba ayuda y busqué a Dios. Él me dio la fuerza para salir adelante.”
Camila, aunque escéptica, decidió acompañar a Javier a una reunión donde hablaban de encontrar libertad en Dios. Ese día algo cambió en ella. No fue inmediato, pero empezó a experimentar una paz que hacía tiempo no sentía. Cada día que pasaba, sentía cómo las cadenas que la ataban se rompían poco a poco. No estaba sola, y la fuerza no venía de sus propias capacidades, sino de Dios.
Reflexión bíblica:
La historia de Camila nos recuerda que la verdadera libertad solo la encontramos cuando nos rendimos completamente a Dios. En 1 Corintios 10:13, se nos asegura que Dios no permitirá que enfrentemos tentaciones que no podamos superar, y junto con ellas, nos dará una salida. Camila encontró esa salida al volverse a Dios y reconocer que, por sus propias fuerzas, no podía vencer.
Dios promete libertad a todos los que confían en Él. Juan 8:36 nos dice: «Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres». No importa cuán fuertes sean las cadenas que nos atan, Dios siempre ofrece una salida, pero debemos permanecer en Su presencia, tal como lo hizo Camila, para experimentar esa libertad verdadera.
Dios te habla:
Hijo, yo conozco tus luchas. Sé lo que te ha costado enfrentarte a aquello que parece incontrolable en tu vida. Pero quiero que sepas algo: no estás solo. Yo estoy aquí, dispuesto a romper las cadenas que te han mantenido prisionero por tanto tiempo. No hay tentación que sea demasiado grande ni batalla que no pueda ser vencida cuando caminas conmigo.
Te he dado una salida, siempre la tendrás, pero es necesario que permanezcas cerca de mí. No te apartes. Cuando te alejas, las cadenas intentan volver, pero si permaneces en mi presencia, serás invencible. Yo te amo y quiero verte caminar en la libertad que ya te he dado. Confía en mí y fortalece tu espíritu en mi poder, no en tus propias fuerzas. Estoy aquí para ti, siempre.
Enfoque terapéutico:
Cuando te enfrentas a una situación que parece superarte, es importante entender que no estás condenado a vivir atrapado en esos ciclos. El primer paso para superar una adicción o cualquier lucha personal es reconocer la necesidad de ayuda. Como en el caso de Camila, reconocer la incapacidad de manejarlo solo fue el inicio de su liberación. La clave está en buscar un cambio de perspectiva.
Mentalmente, es fácil sentir que no hay salida, pero la realidad es que Dios siempre provee una puerta de escape. Es vital aprender a identificar las tentaciones y cómo enfrentarlas, confiando en la fortaleza que viene de Dios. Espiritualmente, la cercanía con Él te dará una paz que sobrepasa cualquier entendimiento y te permitirá tomar decisiones más acertadas, alejándote del daño.
Cada día es una oportunidad de rendirnos a Dios y decir: “Hoy elijo caminar contigo. Hoy elijo vivir en libertad.” La mente necesita ser entrenada para enfocarse en la verdad, y esa verdad es que Dios te ha hecho libre. Confiar en Sus promesas y caminar en ellas te llevará a esa libertad plena.
Oración:
Padre Celestial, venimos ante Ti hoy reconociendo que sin Ti no podemos vencer. Nos unimos en oración pidiéndote que fortalezcas nuestros corazones, que nos des sabiduría para reconocer las tentaciones y la fuerza para vencerlas. En el nombre de Jesucristo, te pedimos que nos hagas caminar en la libertad que ya nos has dado. Sabemos que, contigo, somos más que vencedores y nada podrá separarnos de Tu amor. Gracias, Padre, por darnos la salida en cada batalla que enfrentamos. Amén.
Oración por el adicto y su familia:
Dios Todopoderoso, hoy elevamos una oración por aquellos que aún están atrapados en las cadenas de la adicción. Pedimos que Tu mano poderosa los libere, que experimenten Tu paz y que sientan Tu amor rodeándolos en cada momento. Te rogamos también por sus familias, que sufren con ellos, para que les des fortaleza, paciencia y esperanza. Que puedan ver cómo Tú obrarás en sus seres queridos, trayendo sanidad y restauración. Danos a todos la capacidad de permanecer cerca de Ti, para no caer de nuevo en lo que nos esclaviza. En el nombre de Jesucristo, pedimos esto, confiando en Tu poder. Amén.