23 de diciembre
DÍA A DÍA: Reflexión Diaria Para Familias Contra La Adicción
Reflexión:
Imagina por un momento que la persona que amas está luchando con la adicción. La tentación natural es, tal vez, ponerla en un pedestal cuando parece que está mejorando. Quizás es alguien que tiene más tiempo limpio o parece ser un ejemplo de lo que se “debe hacer”. Pero, ¿te has detenido a pensar en lo que realmente significa eso para su proceso de recuperación? Poner a alguien en un pedestal no solo es injusto para ellos, sino que también puede ser una trampa silenciosa tanto para ellos como para ti como familiar.
La adicción no es solo un problema de drogas, sino un sufrimiento profundo, emocional y psicológico, una respuesta a traumas no sanados y necesidades no cubiertas. Y la recuperación no es un camino recto ni una carrera. Es un proceso continuo, una lucha constante por mantenerse conectado con uno mismo, con los demás y con la vida.
Cuando tratamos a alguien como un “modelo a seguir” o un “ejemplo perfecto” en el contexto de su recuperación, les estamos negando el espacio para ser humanos, para expresar sus dudas, miedos y vulnerabilidades. Todos necesitamos ese espacio para seguir creciendo, incluso cuando ya no estamos consumiendo. Si les exigimos que se muestren perfectos, sin fallos, los estamos empujando a ocultar su dolor. Y es ahí cuando surgen las dificultades: los secretos y la vergüenza siempre encuentran un camino de regreso.
Por otro lado, como familia, también debemos reflexionar sobre nuestras expectativas. La persona que amas no es su tiempo limpio, ni su puesto en la comunidad, ni las etiquetas que otros puedan ponerle. Cada ser humano, sin importar su historial, tiene derecho a estar en proceso de sanación y a no tener que cargar con la imagen de perfección. Cuando dejamos de poner expectativas irreales sobre los demás, creamos un espacio seguro donde todos podemos ser vulnerables, donde no tememos a las caídas, sino que sabemos que podemos levantarnos juntos.
La verdadera recuperación no se trata de evitar las caídas, sino de cómo nos levantamos después de ellas. No es un viaje de un solo camino. Es un recorrido compartido, donde tanto el adicto como su familia necesitan cuidarse, tener paciencia y aprender a vivir con la imperfección.
Así que te invito a reflexionar: ¿estás permitiendo que la persona que amas sea humana en su recuperación, o la estás colocando en un pedestal que le impide seguir creciendo? La humildad, la honestidad y el amor incondicional son los pilares de la verdadera recuperación, y solo a través de ellos podremos encontrar sanación, no solo para el adicto, sino para todos los que le rodean.
¡Dios te habla!
«Hijo mío, te amo profundamente y te recuerdo que en tu proceso de sanación, tanto tú como los que amas, siempre encontrarán consuelo en Mi abrazo. No es necesario que seas perfecto para estar conmigo. En tus vulnerabilidades y debilidades, Yo estoy presente. No pongas tu valor en las expectativas de otros, ni en tus logros, sino en Mi amor incondicional. Si caes, no tengas miedo, porque Yo te levantaré. Te llamo a ser humilde, a compartir tu dolor y a estar abierto a Mi sanación, porque no estás solo. Yo te acompaño siempre. El camino hacia la recuperación es un proceso, y te prometo que estaré contigo en cada paso.»
Afirmación para hoy:
«Repite conmigo: Hoy me abro a la humildad y la honestidad. Reconozco mis vulnerabilidades y confío en el amor de Dios para mi recuperación y la de los demás.»
Comparte:
Hoy quiero invitarte a compartir esta reflexión, este video o el enlace con los que amas. Sabes, no estamos solos en nuestras luchas, y cada vez que compartimos lo que hemos aprendido, damos la oportunidad a otros de encontrar consuelo y esperanza. En las redes sociales, en grupos de WhatsApp, en cualquier lugar donde puedas llegar, tu acción de compartir puede ser una semilla de sanación para alguien que necesita escuchar este mensaje. No subestimes el poder de la solidaridad. Al compartir, estás extendiendo la luz de la esperanza que tantos necesitamos.
Pregunta reflexiva:
¿Cómo puedo asegurarme de ser más humilde y honesto en mi propio proceso de recuperación, y cómo puedo ayudar a otros a encontrar ese espacio seguro donde puedan ser ellos mismos?
Oración:
Padre amado, te vengo a pedir con todo mi corazón por mi ser querido que está luchando con problemas de salud mental o adicción. Te ruego que lo toques con Tu amor, que le des fuerza en sus momentos de debilidad, y que le muestres el camino hacia la sanación. Señor, Tú conoces su dolor, y Yo confío en Tu infinita misericordia. También te pido por mí, para que me des sabiduría y paciencia para apoyarlo con amor, sin juicios, sino con la comprensión que Tú me ofreces. Ayúdanos a todos a caminar en humildad y gratitud, sabiendo que en Ti encontramos la verdadera libertad.
Ofrenda:
Hoy quiero invitarte a ser parte de una obra de amor. Tu ofrenda, por pequeña que sea, puede marcar la diferencia en la vida de aquellos que están luchando por la recuperación. Esta contribución ayudará a cubrir los gastos de producción y el trabajo diario de la fundación, que está al servicio de aquellos que luchan contra las adicciones. Si crees que puedes aportar, te agradecemos de corazón. También te animamos a que conozcas los 12 pasos disponibles para el adicto y la familia en nuestra página web, para que juntos podamos encontrar la sanación. Recuerda que no estás solo, tenemos grupos de autoayuda disponibles 24 horas, tanto para el adicto como para la familia. Con tu apoyo, podemos seguir llevando esperanza a muchas vidas.
Hasta mañana:
Desde Fundación Hogares Bethel, te enviamos un mensaje de amor y esperanza. Sabemos que el camino no es fácil, pero no estás solo. Juntos, podemos seguir adelante en el amor y la fe, y en cada paso que demos, vamos sanando.
Atentamente:
www.fundacionhogaresbethel.org
