TEMA DE HOY:  TRANSFORMANDO TORMENTAS EN TESTIMONIOS

Febrero 3

Querido amigo, soy Richard Olives de la Fundación Hogares Bethel y quiero darte la bienvenida a este tiempo juntos donde vamos a reflexionar sobre un tema poderoso. Permíteme comenzar con una historia:

Había una vez un joven que soñaba con ser un gran escritor. Pasaba horas cada día trabajando en su novela, vertiendo su corazón y alma en cada palabra. Pero a medida que pasaban los meses, enfrentó rechazo tras rechazo de editores y editoriales. Empezó a dudar de su sueño y a preguntarse si debería darse por vencido. Justo cuando estaba a punto de tirar la toalla, recordó las palabras de Marcos 4:39: «Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y les dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y sobrevino una gran calma.»

Esto le recordó que Dios tiene el poder de calmar cualquier tormenta en nuestras vidas. Renovado en su fe, persistió en su sueño y finalmente consiguió un contrato editorial. Su libro se convirtió en un éxito de ventas y tocó innumerables vidas.

Amigo mío, este relato ilustra la verdad de que todos enfrentamos tormentas en la vida – desafíos, decepciones, retrasos en nuestros sueños y esperanzas. Tal vez hoy te encuentres en medio de una tormenta, preguntándote si Dios te ha olvidado o si deberías rendirte. Pero quiero animarte con esta verdad: nuestro Padre Celestial no ha terminado de escribir tu historia. Él tiene un plan y propósito para tu vida que ninguna tormenta puede frustrar.

La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios usó las tormentas para acercar a las personas a su destino. Piensa en José – vendido como esclavo por sus hermanos, encarcelado injustamente, olvidado y abandonado. Pero Dios estaba con él a cada paso, usando cada dificultad para prepararlo para su destino como líder y salvador de una nación.

O considera a Pablo, que enfrentó naufragios, latigazos, encarcelamiento e innumerables penurias mientras difundía el evangelio. Pero a través de esas pruebas, Dios fortaleció su fe y usó su testimonio para transformar el mundo.

Igual que con ellos, Dios quiere usar las tormentas de tu vida para desarrollar tu carácter, fortalecer tu confianza en Él y llevarte al increíble futuro que Él ha planeado para ti. Cuando los vientos rugen y las olas se estrellan, recuerda Sus promesas: «Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.» – Isaías 43:2

«…las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» – 2 Corintios 5:17

Así que quiero animarte hoy a mantener tus ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. No permitas que las tormentas de la vida te hagan dudar del amor de Dios o de la bondad de sus planes para ti. En cambio, usa esos desafíos como una oportunidad para profundizar tu confianza en Él. Declara Sus promesas sobre tu situación. Espérale con esperanza y expectativa, sabiendo que Él está contigo en el bote, listo para calmar el viento y las olas con una palabra.

Cuando lo hagas, verás que toda tormenta es una oportunidad para que Dios demuestre Su poder y fidelidad en tu vida. Él te llevará al otro lado victorioso y te usará para impactar el mundo de maneras que nunca imaginaste.

Así que no te rindas, mi amigo. Mantén la fe. Sigue creyendo, a pesar de lo que veas. Confía en que Dios es más grande que cualquier desafío que enfrentes. Mientras ancles tu vida en Su inalterable amor y promesas, verás que Él hace todo hermoso a Su tiempo. Las tormentas no pueden detenerte, porque el mismo Dios que calma el viento y las olas está llevándote adelante hacia el increíble destino que Él tiene reservado para ti.

¿Te atreves a creer eso hoy? ¿Te comprometerás a confiar en Dios, sin importar los vientos que soplan en tu vida? Si es así, decláralo conmigo: «Padre, gracias porque los vientos y las olas que enfrento hoy no pueden detener tu plan para mi vida. Gracias porque mi propósito está firme y firmemente anclado en ti. Creo y declaro que las tormentas no pueden derrotarme y me están empujando hacia mi destino. En el nombre de Jesús, amén».

Amigo, sé que Dios completará la buena obra que ha comenzado en ti a medida que pongas tu confianza en Él. Sigue avanzando con fe, sabiendo que la victoria te espera al otro lado de esta tormenta. ¡Dios te bendiga!

¡Comparte esta reflexión!

 Querido amigo, ahora que has recibido este poderoso mensaje sobre confiar en Dios en medio de las tormentas de la vida, quiero animarte a compartirlo con otros. Piensa en tus amigos, familiares y conocidos que pueden estar enfrentando desafíos y necesitan escuchar esta verdad. Compartir esta reflexión a través de tus redes sociales, grupos de WhatsApp u otros medios puede ser una forma sencilla pero impactante de extender esperanza y ánimo.

Nunca subestimes el poder de una palabra oportuna. Tu decisión de pasar este mensaje podría ser justo lo que alguien necesita hoy para seguir creyendo, para perseverar, para aferrarse a la fe en medio de la tormenta. Al compartir, te conviertes en un faro de luz de Dios, señalando a otros hacia Su amor y fidelidad inagotables.

Así que te desafío: sé audaz en tu testimonio. Deja que tu vida sea prueba viviente del poder transformador de confiar en Dios. Y mientras compartes este mensaje de esperanza con otros, ruego que también eche raíces cada vez más profundamente en tu propio corazón. Que te recuerde diariamente que, sin importar los vientos que soplan, tienes un ancla eterna en el Dios que calma las tormentas.

Ahora, imagina conmigo que Dios mismo te está hablando directamente. Escucha las palabras que Él anhela que tu corazón reciba hoy:

«Hijo mío, hija mía, te veo donde estás. Sé de las tormentas que has estado enfrentando, los vientos en contra que has soportado. Pero quiero que sepas esto: estoy contigo, siempre. No te dejaré ni te desampararé. Cuando pasas por aguas profundas, estoy a tu lado. Cuando caminas por el fuego de la prueba, no te quemarás; las llamas no te consumirán. Porque yo soy tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador.

Te he llamado por tu nombre; eres mío. Tengo un propósito y un plan para tu vida, propósitos para tu bien y no para mal, para darte un futuro y una esperanza. Los sueños que he plantado en tu corazón, los traeré a cumplimiento. Las promesas que te he hecho, las cumpliré. Yo no empiezo algo que no voy a terminar.

Así que confía en mí. Confía en mi tiempo perfecto, mis caminos perfectos, aun cuando no los entiendas. Mantén tus ojos en mí, el autor y consumador de tu fe. Deja que la paz de mi presencia guarde tu corazón y mente mientras te aferras a mí.

Estoy trabajando todas las cosas para tu bien, incluso en esta tormenta. Así que no temas. No dudes. Sólo cree. Sigue avanzando con fe y obediencia, un paso a la vez, sabiendo que yo estoy contigo, guiándote, protegiéndote, llevándote hacia el glorioso futuro que he preparado para ti. Yo soy el Dios que hace camino en el mar, senda en las aguas impetuosas. Confía en mí, y verás mi mano obrando maravillas en tu vida.»

Amigo, frente a una palabra tan poderosa, vale la pena reflexionar:

  • ¿Qué tormentas estás enfrentando actualmente en tu vida? ¿Cómo puedes entregar esas situaciones a Dios, confiando en Su guía y cuidado?
  • ¿Hay áreas donde has estado dudando de las promesas de Dios o cuestionando Sus caminos? ¿Cómo puedes renovar tu fe y confianza en Él hoy?
  • ¿De qué maneras prácticas puedes mantener tus ojos en Jesús en medio de los desafíos? ¿Qué hábitos o disciplinas te ayudarán a permanecer anclado en Él?

Mientras meditas en estas cosas, que la paz de Cristo, que sobrepasa todo entendimiento, guarde tu corazón y mente mientras avanzas con fe, sabiendo que Él tiene el control y te está llevando de victoria en victoria. ¡Bendiciones en tu camino!

Amado hermano, una parte fundamental de caminar en victoria es aprender a sembrar en el Reino de Dios. La Biblia nos recuerda en 2 Corintios 9:6, «Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, pero el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.»

Cuando siembras en un ministerio como Fundación Hogares Bethel, no sólo estás apoyando la difusión de la Palabra de Dios, sino que también estás plantando una semilla en terreno fértil que producirá cosecha en tu propia vida. Al dar, abres un canal para que las bendiciones de Dios fluyan hacia ti. Él promete en Su Palabra honrar y recompensar a aquellos que dan con un corazón alegre y generoso.

Así que te animo, mientras Dios te guíe, a considerar sembrar en este ministerio. En la descripción de este video y en nuestras páginas web www.fundacionhogaresbethel.org o www.godrecovery.org, encontrarás los detalles para dar tu ofrenda. Confía que a medida que siembras generosamente, cosecharás abundantemente en cada área de tu vida.

Ahora, unámonos en oración de acuerdo al tema de hoy:

«Padre Celestial, venimos a Ti con corazones agradecidos por Tu fidelidad inagotable. Oramos por cada persona que está escuchando este mensaje hoy. Tú conoces las tormentas que están enfrentando, los vientos en contra que están soportando. Te pedimos que les recuerdes poderosamente que Tú estás con ellos en el bote, que tienes el poder de calmar los vientos y las olas con una palabra.

Fortalece su fe, Señor. Ayúdales a mantener sus ojos firmemente fijos en Ti, sin importar las circunstancias. Que Tu perfecta paz guarde sus corazones y mentes mientras se aferran a Tus promesas. Dales la gracia para confiar en Tu tiempo y Tus caminos, incluso cuando no los entiendan. Recuérdales que cada tormenta es una oportunidad para que Tú demuestres Tu poder y fidelidad en sus vidas.

Oramos especialmente por aquellos luchando con adicciones. Sabemos que la recuperación puede sentirse como una tormenta abrumadora. Pero declaramos que no hay cadenas que Tú no puedas romper, no hay oscuridad que Tu luz no pueda penetrar. Libéralos, Señor. Dales la fuerza para perseverar, un día a la vez. Rodéalos con Tu amor sanador y llena sus corazones con esperanza para el futuro.

Y para aquellos que siembran fielmente en este ministerio, te pedimos que los bendigas abundantemente. Multiplica sus semillas sembradas. Que experimenten Tu provisión en cada área de sus vidas. Y para aquellos que tal vez no pueden dar en este momento, cúbrelos con Tu gracia y favor. Muéstrales que Tu amor por ellos no se basa en lo que pueden hacer por Ti, sino en lo que Ya has hecho por ellos.

Gracias, Padre, por escuchar nuestras oraciones. Confiamos cada vida a Tu cuidado, sabiendo que Tus propósitos se cumplirán mientras nos mantenemos fieles a Ti. En el nombre de Jesús oramos, Amén.»

Querido amigo, ha sido un gozo compartir este tiempo contigo hoy. Mientras nos despedimos, quiero declarar sobre tu vida que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará tu corazón y mente en Cristo Jesús. Que Él ordene tus pasos, guíe tus decisiones y te lleve de victoria en victoria. Recuerda, no importa la tormenta, ¡Dios tiene el control! Él completará la buena obra que ha comenzado en ti.

Me despido con gran esperanza y expectativa por todo lo que Dios hará en tu vida. ¡Hasta la próxima vez! Que Su gracia y favor te envuelvan hoy y siempre. ¡Dios te bendiga!

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