Enero 15
UN PASO A LA VEZ: Reflexión diaria para la Transformación del Adicto
Mi querido amigo que buscas la recuperación, hoy quiero compartir contigo una verdad que transformó mi propia vida y la de muchos otros que, como tú y yo, hemos atravesado el desierto de la adicción.
¿Sabes? Me recuerda mucho a esos terrenos áridos que vemos en los desiertos. Durante meses, todo parece muerto, sin esperanza, exactamente como nos sentimos cuando estamos atrapados en la adicción. Nuestro espíritu se siente seco, agrietado, sin vida. Pero entonces, algo maravilloso sucede.
Cuando permites que el mensaje de recuperación entre en tu vida, es como cuando la lluvia cae sobre ese desierto. Al principio, quizás no notes grandes cambios, igual que la tierra que lentamente absorbe las primeras gotas. Pero gradualmente, algo extraordinario comienza a suceder.
He visto este milagro innumerables veces en nuestras reuniones. Personas que llegan con la mirada perdida, el espíritu quebrantado, igual que esos cactus resecos del desierto. Y entonces, al exponerse al mensaje de recuperación, día tras día, comienzan a florecer. Sus ojos recuperan el brillo, sus sonrisas vuelven, y su espíritu revive.
La recuperación es como esa lluvia constante. Cada reunión a la que asistes, cada página que lees de nuestro libro, cada conversación con tu padrino, son gotas de agua que caen sobre tu espíritu sediento. No es algo que suceda de la noche a la mañana, pero te aseguro que sucede.
He estado donde tú estás. Recuerdo cuando mi vida era un desierto estéril, cuando pensaba que nada podría crecer en ese terreno devastado por la adicción. Pero el mensaje de recuperación, como esa lluvia bendita, comenzó a caer en mi vida. Al principio, me resistía, como esa tierra dura que rechaza las primeras gotas. Pero poco a poco, mi corazón se fue ablandando.
La transformación es real. Lo veo en cada reunión, en cada abrazo de bienvenida a un recién llegado, en cada celebración de aniversario. Así como la lluvia transforma el desierto más árido en un jardín floreciente, el mensaje de recuperación transforma las vidas más destrozadas en testimonios de esperanza.
¿Y sabes qué es lo más hermoso? Este mensaje nunca falla cuando encuentra un corazón dispuesto. Igual que la lluvia que siempre cumple su propósito de dar vida, el mensaje de recuperación siempre cumple su propósito de transformar vidas cuando lo recibimos con humildad y disposición.
Te invito a que te permitas recibir este mensaje. No importa cuán seco o devastado te sientas hoy, la recuperación es posible. Ven a nuestras reuniones diariamente, escucha con el corazón abierto, comparte tu experiencia. Cada día que te expongas al mensaje es como una gota más de lluvia cayendo sobre tu espíritu.
La renovación que experimentarás es profunda y duradera. Tu mente comenzará a aclararse, tus emociones se estabilizarán, y descubrirás un nuevo propósito en tu vida. No es magia, es el resultado natural de permitir que el mensaje de recuperación penetre en tu ser, día tras día.
Estoy aquí para caminar contigo en este viaje. Como tu consejero y como alguien que ha recorrido este camino, te aseguro que la transformación es real y está a tu alcance. Solo necesitas estar dispuesto a recibir el mensaje, como la tierra sedienta recibe la lluvia.
¿Te gustaría que exploremos juntos cómo podemos comenzar este proceso de renovación en tu vida hoy mismo?
Pregúntate reflexivamente: ¿Cuándo fue la última vez que permitiste que el mensaje de recuperación refrescara tu espíritu sediento? ¿Estás dispuesto a ser como esa tierra árida que recibe la lluvia con gratitud?
¡Dios te habla!: Amado hijo, así como envío la lluvia para renovar la tierra seca, envío mi palabra para renovar tu espíritu. No temas a tu pasado árido, porque yo hago nuevas todas las cosas. Como dice mi palabra en Isaías 43:19: «He aquí, yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz. ¿No la conocerás? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.»
Afirmación para hoy: Repite conmigo: «Mi espíritu florece cada día con el mensaje de recuperación, como un desierto que revive con la lluvia. Soy tierra fértil lista para producir frutos de nueva vida.»
Oración: ¡Padre amado! Hoy vengo ante ti como un terreno sediento. Mi corazón ha estado árido por tanto tiempo, pero reconozco que Tú eres la fuente de agua viva. Derrama sobre mí tu gracia renovadora, como lluvia fresca sobre tierra reseca. Transfórmame, hazme florecer nuevamente. Que cada gota de tu amor penetre profundamente en mi ser, sanando mis heridas y trayendo nueva vida. En el nombre de Jesús, amén.
Comparte: Hermano, la transformación que has experimentado es un testimonio vivo del poder sanador del mensaje. Otros están atravesando el mismo desierto que tú conociste. Tu historia es como esa lluvia que trae esperanza. Comparte este mensaje – sé el instrumento que lleve agua fresca a otros corazones sedientos.
Ofrenda: Querido hermano en recuperación, así como la lluvia nutre la tierra, tu ofrenda nutre esta misión de libertad. Al sembrar en esta obra, participas en el milagro de la transformación de vidas. Tu donación sostiene este oasis de esperanza, permitiendo que el mensaje de recuperación alcance a más almas sedientas. Visita nuestra web para sembrar con amor. Los 12 pasos y nuestros grupos en línea 24/7 te esperan.
Hasta mañana: Con el amor de Cristo, Fundación Hogares Bethel te abraza. Recuerda: eres como una flor en el desierto, testimonio vivo del poder transformador de Dios.