Noviembre, 13
UN PASO A LA VEZ: Reflexión diaria para la Transformación del Adicto
Reflexión:
Hoy quiero hablar contigo sobre cómo, a veces, nos acostumbramos tanto a nuestras propias limitaciones que, aunque tengamos la oportunidad de cambiar, seguimos sintiéndonos atrapados. Es como la historia de un elefante que, después de años de estar encadenado, aún libre sigue creyendo que no puede avanzar más allá de cierto punto. La cadena ya no está, pero la costumbre y el recuerdo de ella le impiden moverse hacia donde realmente quiere ir.
Te invito a pensar en esas cadenas invisibles que han estado limitándote. Pueden ser hábitos, pensamientos o comportamientos que, aunque ya no tienen control sobre ti, siguen creando barreras en tu mente. No estás solo en esto; muchos enfrentan esos mismos pensamientos, esas mismas sensaciones de estar atado a algo que les impide avanzar.
La libertad es posible, y esa libertad está en Cristo. No es una promesa vacía; es un cambio real que se puede experimentar. Cuando reconocemos que ya no necesitamos esos viejos caminos, podemos empezar a ver las posibilidades de una vida nueva y plena. Sí, habrá momentos en los que sientas que es difícil, en los que parece que no puedes dar un paso más allá, pero quiero que recuerdes que Dios ya te ha liberado.
Piénsalo: esa cadena fue rota. No necesitas dar vueltas en círculos. En Cristo, tienes la fortaleza para caminar en esa libertad y superar lo que antes te limitaba. No se trata de pretender que será fácil, sino de saber que tienes una fuerza mayor que te acompaña y te sostiene.
Hoy, confía en esa libertad. Declara con firmeza que esas viejas ataduras ya no tienen poder sobre ti. Puedes decir: «Soy libre en Cristo, mis cadenas fueron rotas.» Es un paso en el que te apoyas en algo más grande que tus propias fuerzas, y esa es la seguridad que te da poder para moverte hacia adelante. Te abrazo en esta decisión y en este proceso, sabiendo que con cada paso que des, estarás cada vez más cerca de una vida que refleja esa libertad plena y genuina.
¿Cuántas veces, mi querido amigo, tú y yo también hemos estado así? Atados a malos hábitos, a pensamientos negativos, a esas cadenas invisibles que nos hacen dar vueltas en el mismo lugar. A veces pensamos que no podemos cambiar, que estamos destinados a vivir así, dando vueltas en círculos, limitados por esos hábitos o dependencias. ¡Pero no es así! Déjame decirte algo: Cristo vino a este mundo para romper esas cadenas, para darte libertad. Sí, ¡libertad! No estás destinado a vivir atado al pasado, a esos malos hábitos, a esos pensamientos que te dicen que no puedes salir de donde estás. La Palabra de Dios dice que «si el Hijo te libera, serás verdaderamente libre.» ¡Y yo lo creo! Porque el mismo Dios que liberó al pueblo de Israel de la esclavitud, el mismo que levantó a Lázaro de la tumba, quiere levantarte hoy, quiere que vivas en la libertad que solo Él puede dar. Hoy, en el nombre de Jesús, yo declaro que tú eres libre. Libre de esos pensamientos que te limitan, libre de esos hábitos que te atan. Ya no hay cadena que te retenga porque Cristo las rompió todas en la cruz. Así que camina, da un paso adelante, confía en esa libertad que ya te ha sido dada. Amigo, Dios no te creó para vivir atado. Él tiene un propósito más grande para ti. Abre tu corazón, entrega todo lo que te pesa y recibe esa libertad que está a tu alcance. ¡Porque en Cristo, todo es posible! Te abrazo desde aquí y oro para que sientas hoy esa paz, esa libertad, y esa fuerza que solo Él puede dar. ¡Dios te bendiga y te guarde siempre! Pregunta reflexiva: ¿Qué cosas en mi vida siguen atándome a un lugar de dolor o limitación, incluso cuando tengo la libertad para vivir de una manera nueva y plena? ¡Dios te habla!: “Hijo mío, he visto tus luchas, y quiero que sepas que no hay cadena que pueda resistir mi poder y mi amor por ti. Así como dice en Gálatas 5:1, yo te he hecho libre. Ya no necesitas vivir dando vueltas en los mismos círculos. Yo rompí las cadenas que te ataban para que puedas caminar en paz y libertad. Confía en mi amor y en la fuerza que te doy. Estoy aquí contigo, sosteniéndote en cada paso, y no quiero verte retroceder. Eres mío, y quiero verte vivir en plenitud. ¡Confía, camina hacia adelante y no mires atrás! Estoy contigo, hoy y siempre.” Afirmación para hoy: Repite conmigo: “Hoy soy libre en Cristo. Mis cadenas fueron rotas, y tengo la fuerza para vivir plenamente. Camino hacia una nueva vida, sostenido por el amor y la libertad que Dios me ha dado.” Oración a Dios: «Señor, hoy me acerco a ti con humildad y fe, reconociendo que he vivido como si todavía estuviera encadenado a mis viejos hábitos. Te pido que me ayudes a ver la libertad que ya me has dado, que cada paso que doy sea una prueba de tu amor y tu poder en mi vida. Hoy entrego ante ti todas esas cadenas que aún siento en mi corazón. Ayúdame a caminar con la certeza de que en Cristo soy libre, que no hay barrera que pueda detenerme mientras esté en tus manos. Renueva mi mente y dame la fortaleza para vivir cada día en tu libertad. Amén.» Mensaje corto para compartir: Hoy descubrí algo importante sobre cómo Cristo puede liberarnos de nuestras viejas cadenas. Si este mensaje te ha tocado, quiero invitarte a que compartas esta reflexión para que otros también encuentren esa libertad. Quizás alguien que conoces necesite saber que es posible vivir sin las ataduras del pasado. Juntos, podemos ser instrumentos de esperanza y libertad para quienes están buscando un cambio verdadero. Sensibilización para una ofrenda: Querido amigo, si hoy has encontrado algo de paz o esperanza en estas palabras, te invito a considerar una ofrenda en nombre de tu recuperación. Esta contribución ayuda a que este espacio de apoyo y crecimiento siga llegando a más personas que, como tú, buscan una vida libre y plena en Dios. No es obligación, sino una oportunidad para sembrar en algo que toca tu vida y puede tocar muchas más. Con gratitud, cualquier semilla es bienvenida. Si sientes en tu corazón apoyar, aquí está el enlace para sembrar. ¡Gracias por tu amor y generosidad! Hasta mañana: Con todo nuestro cariño desde Fundación Hogares Bethel, queremos recordarte que aquí siempre tienes un lugar de apoyo y esperanza. Que hoy camines en libertad y que sientas el amor de Dios acompañándote en cada paso. ¡Nos vemos mañana, y recuerda: estamos juntos en este camino! Atentamente:
www.hogaresbethel.org