diciembre 17
UN PASO A LA VEZ: Reflexión diaria para la Transformación del Adicto
Reflexión:
Hoy quiero que pensemos juntos sobre algo fundamental en nuestro camino hacia la recuperación: la resiliencia. Esa fuerza que hemos cultivado, a veces sin darnos cuenta, y que hoy nos permite seguir adelante a pesar de todo lo vivido.
Como alguien que ha recorrido este mismo camino, sé lo difícil que puede ser. Sé lo que es caer, sentirse perdido, y pensar que ya no hay salida. Pero también sé que la resiliencia, aunque no siempre la veamos de inmediato, está dentro de nosotros. Y cuando miramos hacia atrás, podemos ver cómo hemos aprendido a levantarnos, una y otra vez.
Quizá no fue un solo momento el que nos hizo fuertes, sino todos esos pequeños momentos de esfuerzo. Esos días en los que, aunque pareciera que todo estaba en contra, decidimos no rendirnos. Tal vez hoy no te sientas como un guerrero, pero si miras con atención, verás que ya lo eres. Cada vez que elegimos no ceder a la desesperación, cada vez que damos un paso, aunque sea pequeño, estamos cultivando esa resiliencia.
La resiliencia no significa no sentir dolor. Al contrario, significa sentirlo y, a pesar de ello, seguir caminando. Es entender que los errores y las caídas no nos definen, que son parte del proceso de aprender y crecer. Cada vez que caemos y nos levantamos, nuestra fortaleza crece un poco más. Cada vez que decidimos seguir, a pesar de las dificultades, estamos demostrando una fortaleza interior que quizás no sabíamos que teníamos.
A veces nos olvidamos de cuánto hemos avanzado. Pero si miramos atrás con sinceridad, veremos que ya hemos superado muchas batallas. Lo que antes parecía imposible, hoy ya lo hemos logrado. Cada día que sigues en el camino, aunque no lo notes, estás fortaleciendo esa resiliencia que te permite vivir una vida nueva, con más esperanza y más claridad.
Así que no te subestimes. No minimices lo que has logrado. La resiliencia no es algo que se obtiene de la noche a la mañana, es un músculo que se va fortaleciendo poco a poco. Y hoy, aunque no lo sientas, eres más fuerte que ayer.
Recuerda, querido amigo, que la recuperación es un proceso, y tú ya estás en el camino. Te invito a seguir cultivando esa resiliencia, a seguir confiando en ti mismo, porque cada paso, por pequeño que sea, te acerca más a la vida que mereces.
Pregunta reflexiva:
¿Qué momentos en tu vida te han demostrado que, incluso cuando todo parece estar perdido, siempre puedes encontrar la fuerza para levantarte y seguir adelante?
¡Dios te habla!:
Hijo mío, sé que has enfrentado momentos de dolor, desánimo y lucha. Pero hoy quiero que sepas que yo estoy contigo. Yo te he creado con un propósito, y aunque te sientas débil, te he dado la resiliencia necesaria para seguir adelante. No temas, porque aunque en tus fuerzas puedas caer, en mi amor serás levantado. «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré.» (Isaías 41:10). No estás solo, hijo mío. Yo te guiaré en cada paso. Mi amor te cubre y mi misericordia nunca falla. Confía en que este camino que estás recorriendo es parte de un plan hermoso para ti.
Afirmación para hoy:
Repite conmigo: Hoy elijo seguir adelante, con valentía y resiliencia. Cada paso que doy me acerca más a la vida que merezco. No importa cuántas veces haya caído, porque sé que puedo levantarme y seguir adelante, con fuerza renovada y el amor de Dios acompañándome en cada momento.
Oración a Dios:
Padre amado, gracias por tu infinita paciencia y amor. Hoy te pido que sigas fortaleciendo mi corazón y mi espíritu. Ayúdame a recordar que, aunque la vida me haya mostrado dolor, también me has dado la resiliencia para seguir. Te pido que me guíes en cada paso de mi recuperación, que me des la claridad para ver el bien en medio de la tormenta. Ayúdame a confiar en tu voluntad y a abrazar la vida que tú tienes preparada para mí. Te entrego mis luchas, mis miedos, y mis anhelos, sabiendo que en tus manos están mis fuerzas. En tu nombre, Amén.
Mensaje para compartir:
Hoy, quiero invitarte a compartir esta reflexión. Quizá tú o alguien que conozcas necesite recordar que no están solos en su lucha. Hay un camino de resiliencia, amor y fe que puede transformar nuestra vida. Comparte esta reflexión, porque esta herramienta es un faro de esperanza para otros, como lo fue para mí. Tu voz puede ser la chispa que encienda la luz en el corazón de alguien más, alguien que también necesita saber que, a pesar de las caídas, siempre hay fuerza para levantarse.
Ofrenda:
Hoy quiero invitarte a considerar sembrar una ofrenda en nombre de tu recuperación. Cada pequeño acto de generosidad ayuda a mantener viva esta causa, y tu aporte se convierte en un puente de esperanza para otros. Si sientes en tu corazón el deseo de apoyar, puedes hacerlo a través de nuestra fundación, que trabaja cada día para ofrecer apoyo y herramientas para todos aquellos que caminan este proceso. Con tu contribución, haces posible que muchos más reciban el acompañamiento que necesitan. Que tu ofrenda sea un acto de gratitud por el camino que estás recorriendo, y un semilla de amor para otros que aún están luchando. [Enlace para sembrar]
Hasta mañana:
Con amor, desde Fundación Hogares Bethel, te decimos: recuerda que cada día es una nueva oportunidad para crecer. Estamos contigo en cada paso de tu proceso. Te amamos, te apoyamos y te acompañamos. Dios te bendiga.
