UN PASO A LA VEZ: Reflexión diaria para la Transformación del Adicto
23 de diciembre
Reflexión:
Amigo, quiero hablarte de algo muy importante en nuestro camino de recuperación: la anonimidad. A veces, en nuestra comunidad, podemos caer en el error de poner a algunas personas en pedestales. Puede que veamos a alguien con más tiempo limpio, a un orador famoso, o a un compañero que parece tener todo bajo control, y entonces les damos un lugar especial. Pero eso puede ser un problema. Cuando tratamos a alguien como un ícono o como si estuviera más allá de las dificultades que todos enfrentamos, les quitamos la oportunidad de ser humanos. Y lo más importante, les quitamos la oportunidad de recibir lo que necesitan para seguir recuperándose.
Recuerda que la recuperación no es algo que se pueda «acabar» o alcanzar de una vez por todas. Cada uno de nosotros sigue necesitando de esta comunidad, no importa cuántos días, meses o años tengamos limpios. Cuando ponemos a alguien en un pedestal, muchas veces esa persona siente que no puede mostrar sus debilidades, sus dudas, sus miedos. Se siente presionado a mantener una imagen de perfección, y eso no es saludable. A veces, incluso, lo que sucede es que nos olvidamos de que todos somos adictos en recuperación, todos somos iguales en ese sentido.
Tú, yo, todos, tenemos un trabajo por hacer, no importa cuántos logros tengamos fuera de este cuarto. No necesitamos esconder lo que sentimos, ni poner una máscara para agradar a los demás. Si alguna vez te sientes como si estuvieras cargando con el peso de un pedestal, quiero que sepas que no estás solo. Todos necesitamos ser humanos, todos necesitamos ser vulnerables y, sobre todo, todos necesitamos el apoyo de este grupo para seguir adelante.
No importa si has tenido éxito en otros aspectos de la vida, si tienes familia, dinero o logros. La recuperación es otra cosa, es algo que requiere honestidad, humildad, y un compromiso constante. No te olvides de dónde vienes, de lo que has vivido, de lo que todavía necesitas. Todos aquí tenemos un lugar, todos tenemos una voz, y todos necesitamos ser escuchados, sin importar quiénes somos o lo que otros piensen de nosotros.
Y, amigo, recuerda: la recuperación no tiene que ver con ser perfecto. Tiene que ver con ser real. Necesitamos el mensaje, necesitamos la comunidad, y necesitamos estar ahí el uno para el otro. Así que, cuando te sientas tentado a poner a alguien en un pedestal, o a ti mismo, simplemente haz una pausa y recuerda que todos estamos en esto juntos, con nuestras luchas, nuestras caídas y nuestros logros. No hay nadie más grande que otro. Todos necesitamos este espacio para sanar y crecer.
Pregúntate reflexivamente:
¿Estoy permitiéndome ser humano en mi proceso de recuperación o estoy tratando de ser algo que no soy, por miedo a decepcionar a los demás?
¡Dios te habla!:
«Hijo mío, no te preocupes por las expectativas de los demás. Yo te he llamado por tu nombre, no por tu estatus ni por tu pasado. Eres suficiente tal como eres. Recuerda siempre que mi amor por ti no depende de tu perfección. Ve con humildad y en tu fragilidad encontrarás mi fuerza. Confía en mi plan para ti, que es más grande de lo que puedes imaginar.» – Isaías 41:10
Afirmación para hoy:
«Repite conmigo: Soy digno de recuperación, y cada paso que doy me acerca más a la libertad. Mi valor no depende de lo que otros piensen de mí, sino de lo que soy en mi proceso de sanación.»
Oración:
Padre querido,
Te doy gracias por darme la oportunidad de vivir otro día en recuperación. Te pido que me des fuerza para seguir, aunque a veces siento que no puedo más. Ayúdame a no esconder mis luchas, sino a ser honesto conmigo mismo y con mis compañeros. Dame la paz para saber que no necesito ser perfecto, solo fiel a mi proceso. Te entrego mi vida y mi recuperación en tus manos. Gracias por tu amor incondicional. Amén.
Comparte:
Si esta reflexión tocó tu corazón, comparte esta página con otros adictos que, como tú, están buscando el apoyo que necesitan para transformar sus vidas. Juntos, podemos ser el instrumento de libertad que otros necesitan. No estás solo en este camino. ¡Haz que más personas lleguen a descubrir la esperanza que hay en compartir este mensaje!
Ofrenda:
Hoy te invito a considerar hacer una pequeña ofrenda en nombre de tu recuperación. Esta contribución no solo apoya los gastos de producción, sino que también ayuda a mantener viva esta fuente de esperanza para muchos. Recuerda, dar es un acto de gratitud y reconocimiento de lo que hemos recibido. Tu apoyo permite que podamos seguir ofreciendo este espacio de crecimiento y sanación. Si puedes, haz tu ofrenda con el corazón. Encuentra más información en nuestra web y recuerda que los grupos de apoyo están disponibles las 24 horas.
Hasta mañana:
Con amor, de parte de Fundación Hogares Bethel, te dejamos este mensaje: «Recuerda que cada paso que das es un paso hacia tu libertad. Aquí, siempre tendrás un lugar donde volver. No estás solo.»
Atentamente:
www.hogaresbethel.org