Enero 03
UN PASO A LA VEZ: Reflexión diaria para la Transformación del Adicto
Reflexión:
Mira, sé que la vida a veces puede sentirse vacía, que te cuesta encontrar un propósito, y tal vez sientes que nada tiene sabor. Pero quiero hablarte de algo que tiene un poder increíble: la sal. No es solo un condimento en la comida, es un símbolo de lo que podemos ser en este mundo. La sal se usaba en tiempos antiguos para conservar los alimentos porque sin ella, se echaban a perder. Y, ¿sabes qué? La vida también necesita algo para mantenerse preservada, para no perder su sentido, y esa «sal» podemos ser nosotros.
Dios nos dice que somos como la sal de la tierra. Si la sal pierde su sabor, ya no sirve para nada. Eso es lo que pasa cuando dejamos que la vida pierda su propósito, cuando nos dejamos consumir por algo que nos apaga, como la adicción. Pero, al igual que la sal, tú también tienes un propósito: ser una fuente de luz, de amor, de apoyo para los demás. Tal vez no lo sientas ahora, pero dentro de ti hay algo valioso, algo que puede marcar la diferencia.
¿Sabes qué hace la sal? Da sabor a la vida. Y tú también puedes ser eso. Cuando te acercas a alguien con una palabra amable, una sonrisa, o simplemente mostrando que te importa, estás dando sabor a esa vida. Si te olvidas de ti mismo, de lo que realmente eres y puedes llegar a ser, la vida se vuelve gris, insípida, vacía. Pero cuando recuerdas que tienes algo bueno que ofrecer, incluso en medio de la lucha, eso le da sabor a todo lo que haces.
La adicción puede hacerte sentir como si todo se estuviera desmoronando, pero no estás solo. La sal no es mala suerte, no es algo negativo, es lo que preserva y le da vida a todo lo que toca. Y tú, si te permites, puedes ser esa sal que trae sabor de nuevo. No dejes que tu vida pierda su propósito. No dejes que la adicción te robe eso. Tú tienes el poder de ser la diferencia, de ser la sal en el mundo de alguien más, incluso cuando no lo crees.
Recuerda, ser la sal no es ser perfecto, es ser auténtico, es ser el que da esperanza, el que no se rinde, el que se mantiene de pie aunque le cueste. Y puedes hacerlo. La vida puede recuperar su sabor, puedes encontrar propósito y dirección de nuevo. Toma ese primer paso, no porque seas fuerte, sino porque tienes algo dentro de ti que puede iluminar el camino para ti y para los demás. Tú eres la sal, y lo que estás viviendo no define lo que puedes llegar a ser.
Pregúntate reflexivamente:
¿Estás permitiendo que tu vida recupere el sabor que merece, o te has dejado consumir por lo que te aleja de tu verdadero propósito?
¡Dios te habla! :
Hijo mío, en cada lucha que enfrentas, quiero recordarte que tú eres como la sal de la tierra. Aunque a veces sientas que has perdido tu propósito, yo estoy aquí para devolverte ese sabor, para que puedas dar esperanza, luz y amor a los demás. No importa lo que hayas vivido, lo que importa es lo que aún puedes ser. Mi amor es incondicional y eterno, y quiero que sepas que en tus momentos de dolor, soy yo quien te da la fuerza para seguir adelante. Permíteme ser la sal que da sentido a tu vida y que te ayuda a restaurar lo que se ha perdido. Confía en mí, porque te he creado para algo grande. Recuerda siempre: no pierdas tu sabor, porque en ti está la esencia de lo que soy.
Afirmación para hoy:
Repite conmigo: «Soy la sal de la tierra. Mi vida tiene propósito, y hoy elijo ser luz y amor para los demás. Soy capaz de superar cualquier desafío con la ayuda de Dios.»
Oración:
Padre amado, vengo a ti con el corazón lleno de lucha y esperanza. Sé que no soy perfecto, pero hoy quiero ser el que marca la diferencia. Te pido que me llenes de tu gracia, para que pueda ser esa sal en este mundo que necesita de tu amor. Te entrego mi dolor, mi debilidad, y me rindo ante tu voluntad. Ayúdame a ser luz en la oscuridad, a dar sabor en los momentos amargos. Estoy cansado de vivir sin rumbo, y hoy me comprometo a seguirte, a ser un instrumento de paz, y a no dejarme arrastrar por la adicción. Te doy gracias, porque sé que no me has dejado solo y que tú me estás levantando. Amén.
Comparte:
Hoy es el día para ser el cambio que necesitas en tu vida. Esta reflexión sobre ser la «sal» de este mundo es la clave para tu restauración. Si tú, como yo, buscas un propósito y la fuerza para superar tus adicciones, comparte este mensaje con aquellos que están luchando. Este es el momento de brindarles la esperanza que necesitan para encontrar un nuevo comienzo. Juntos, podemos ayudarles a descubrir el camino hacia la libertad, hacia la sanación que solo Dios puede ofrecer. ¡Compártelo ahora y sé un instrumento de cambio!
Ofrenda:
Hoy te invito a considerar una ofrenda en nombre de tu recuperación. Esta ofrenda no solo es para apoyar el trabajo diario de nuestra fundación, sino también para afirmar tu compromiso con tu proceso de sanación. Con tu contribución, estarás ayudando a otros a encontrar apoyo, amor y esperanza, como tú lo has encontrado. Los 12 pasos que están en nuestra web y los grupos en línea disponibles las 24 horas del día son herramientas vitales para tu restauración y la de otros. Hazlo con el corazón agradecido y verás cómo Dios multiplica tu generosidad. ¡Es el momento de sembrar y cosechar libertad!
Hasta mañana:
Desde la Fundación Hogares Bethel, te enviamos un mensaje lleno de amor y esperanza. Estamos aquí para ti, cada día. Recuerda que nunca estás solo. Te acompañamos en cada paso de tu proceso.
Atentamente:
www.fundacionhogaresbethel.org