Solo por hoy – Fundación Hogares Bethel
1. Solo por hoy
A veces, el Cuarto Paso nos hace sentir demasiado conscientes de nuestras fallas, lo cual puede ser doloroso. Esto puede generar dudas sobre el proceso de recuperación. Sin embargo, al rendirnos y aceptar nuestra realidad, encontramos la fuerza para seguir adelante. Lo que duele no es ser conscientes de nuestras debilidades, sino las debilidades mismas. Cuando estábamos inmersos en la adicción, los. Los Doce Pasos nos ayudan a lidiar con esto de manera directa sentimientos estaban nublados por las sustancias; ahora, sin ellas, enfrentamos el dolor real. Ignorar el origen de este malestar solo lo refuerza, permitiéndonos sanar. Recordemos que la pesadilla de la adicción ha quedado atrás, y con el Poder Superior podemos continuar nuestro camino de sanación sin miedo a nuestros sentimientos. Hoy, seguimos adelante con valentía.
2. Consejería terapéutica
Al enfrentar nuestros sentimientos, es normal sentir miedo de ser abrumados por el dolor o el pánico. Sin embargo, este proceso es esencial en nuestra recuperación. Es común que el Cuarto Paso nos haga más conscientes de nuestras fallas, y eso puede generar incomodidad. Pero no es esta toma de consciencia lo que nos causa dolor, sino las mismas actitudes y comportamientos que hemos arrastrado. Antes, las sustancias bloqueaban ese malestar, pero ahora lo sentimos con claridad. Aun así, negarlo no ayuda; la negación solo prolonga el sufrimiento. Es importante aceptar nuestros defectos, trabajar en ellos y confiar en que este proceso nos llevará a la sanación. No tengas miedo de sentir, porque es parte de tu crecimiento.
3. Consejería espiritual
Dios nos llama a dejar atrás el miedo a sentir. Al enfrentarnos a nuestras debilidades, podemos experimentar incomodidad, pero Dios no quiere que nos enfoquemos en el dolor, sino en la liberación que Él nos ofrece. En el proceso de recuperación, recordamos que ya hemos despertado de la pesadilla de la adicción. El Segundo Paso nos dio esperanza, y con el Tercer Paso entregamos nuestra voluntad a Dios. Él nos da la fortaleza para continuar sanando. No hay que temerle a los sentimientos, porque con la ayuda de Dios, siempre tenemos la fuerza para seguir adelante. Cada paso es una oportunidad para liberarnos más y más.
4. Dios te habla
Hijo, no temas lo que sientes. Al trabajar en ti mismo, puedes notar tus debilidades, y eso puede ser doloroso. Pero recuerda que yo estoy contigo. No debes cargar este dolor solo. Las sombras de tu pasado ya no tienen poder sobre ti, porque has despertado a una nueva vida. Cada paso que das hacia mí te fortalece y te libera. Confía en mi amor y en mi guía. Cuando te enfrentes a esos sentimientos difíciles, no huyas. Yo estoy aquí para sanarte y darte una paz profunda. No hay necesidad de temer, porque estoy a tu lado en todo momento.