Terapia del adicto
1. Reflexión:
A menudo, las personas en recuperación sienten una necesidad compulsiva de «tener razón» como una manera de protegerse, de reafirmar su autoestima o de controlar su entorno. Sin embargo, esta insistencia en tener la razón puede alejarte de los demás, generar conflictos y hacer más difícil conectarte con quienes quieren ayudarte.
En el camino de la recuperación, es fundamental que reconozcas que no siempre tienes que tener todas las respuestas. De hecho, admitir que no tienes todas las respuestas es una muestra de fortaleza, no de debilidad. Al abrirte a la posibilidad de aprender de los demás y de un poder superior, te liberas de la presión de estar siempre en lo correcto. La vida se vuelve más llevadera cuando te permites ser vulnerable, cuando admites que puedes equivocarte y que puedes aprender de otros. Este enfoque no solo fomenta la humildad, sino que también mejora tus relaciones y te conecta más profundamente con quienes te rodean.
2. Soporte bíblico:
La Biblia también habla sobre la importancia de la humildad y la interdependencia en lugar de la soberbia. En Proverbios 3:5-6, se nos invita a confiar en Dios y no en nuestro propio entendimiento:
«Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.»
Este pasaje nos recuerda que no tenemos que depender de nuestra razón o entendimiento en todo. Al confiar en Dios y en los demás, permitimos que Él guíe nuestro camino hacia la paz y la recuperación.
3. Afirmación para el día de hoy: REPITE CONMIGO
«Hoy, acepto que no tengo que tener todas las respuestas. Reconozco que puedo aprender de los demás y que Dios me guía. Dependo de un poder superior para encontrar mi fortaleza y caminar en humildad.»
4. Invitación:
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5. Oración:
«Señor, hoy reconozco mi impotencia y la ingobernabilidad de mi vida. Acepto que no tengo que tener razón ni control sobre todo. Dame la humildad para aprender de los demás y la sabiduría para buscar tu guía en mi vida diaria. Ayúdame a vivir en comunidad con aquellos que me rodean, sabiendo que dependemos de ti para encontrar fuerza y dirección. Hoy, empiezo mi camino de recuperación, confiando en que tú estás conmigo en cada paso. Amén.»
